Cómo elegir el protector solar

La exposición prolongada al sol puede generar daño a la piel. Elegir un buen protector es clave para evitar desde ampollas y herpes labiales hasta, incluso, algunos tipos de cáncer.

Los rayos UV que forman parte de la radiación solar provocan quemaduras, envejecimiento prematuro, daño ocular y cáncer.

La piel la nuestra barrera natural contra el sol, y su eficacia depende de nuestro fototipo. Los protectores solares se clasifican según el factor de protección solar (FPS), un número que identifica la acción contra los rayos UV de acuerdo con el tipo de piel. A mayor FPS, mayor defensa.

El FPS es el número de veces que el producto aumenta la defensa natural de nuestra piel. Si una persona a los 10 minutos se pone colorada, un factor de protección solar 2 hará que la misma persona tarde 20 minutos en enrojecer.

Hoy, dado el gran daño presente en la capa de ozono, se recomienda utilizar un producto con un FPS 30 o superior y que proteja contra las radiaciones UVA y UVB. Por su parte, para las pieles muy sensibles se recomienda utilizar un FPS superior a 50.

Otro punto fundamental a tener en cuenta es utilizar suficiente producto para cubrir bien toda la piel del cuerpo y re-aplicar el mismo si uno se ha dado un baño en la pileta o en el mar, si ha transpirado considerablemente o se ha secado con una toalla.

Hoy existen múltiples variedades de productos disponibles en el mercado. Tanto los protectores en crema como en spray son efectivos. Lo importante es que el FPS sea el adecuado para cada tipo de piel y que el mismo sea adquirido en una farmacia o comercio de confianza.